El sábado en el taller con los peques de CODENI vimos algunas de las fotos que habían sacado hasta ahora para corregir detalles y trabajamos sobre la elección de una persona y el acercamiento para hacer un reportaje fotográfico, vamos a ver que traen para la semana que viene. Me parece que vamos muy rápido para ellos, la organización esta muy ansiosa con la muestra y la posibilidad de generar recursos a través de la venta de las fotos de los chicos, y como cuando yo vine el taller ya estaba en marcha no puedo decir mucho.
Después del taller de CODENI dormí toda la tarde, venía muy cansada de la playa y el viernes me acosté tarde, así que necesitaba recuperar energías.
Después de la siesta salí a caminar un rato, volví a comer, editar fotos y acostarme temprano porque el domingo me iba a escalar a las 8 de la mañana al Diente.
El Diente es una formación como a una hora de la ciudad cruzando un pueblo llamado Río Blanco donde hay muchas rutas de escalada. Ismael es profe de escalada en un gimnasio y va todos los fines de semana, este domingo había organizado para ir temprano con un alumno suyo que tenía ganas de llevar a su hija de 5 años y ahí me prendí yo.
Al final arrancamos un poco más tarde de lo programado y entre pasar a comprar comida y todo cuando llegamos al Diente las rutas que podía subir Sofía (la hija de Héctor, quien nos llevo) estaban ocupadas, así que Sofí no pudo escalar y medio que se emboló.
El lugar es muy lindo, se puede acampar, aunque me dijeron que no es muy seguro y conviene ir en grupos grandes para quedarse cerca de la entrada. Yo no escale mucho en la primer subida me dio un poco de miedo, creo que es hasta conocer el grupo, Ismael me daba seguro, me pareció que estaba distraído y me dio mucha inseguridad así que bajé.
En el Diente nos encontramos con otros amigos de Ismael que iban más tarde, un rato después del mediodía Héctor y Sofía se fueron, pero nos quedamos con el otro grupo y fuimos a rutas un poco más difíciles.
La verdad es que la pasé re-bien, los chicos fueron super buena onda y me tuvieron toda la paciencia para esperarme, explicarme, no ponerme nerviosa (ellos escalan todos los fines de semana) y prestarme el equipo necesario.
Nos quedamos hasta la tardecita que nos corrió la lluvia y tuvimos que guardar todo a los apurones, no se si el finde que viene pueda ir porque esta la fiesta de los dos años de Ciudad para todos y la de cumple de Rosario (la bióloga), pero voy a tratar de ir el siguiente, ya que para el 16 me invitaron a ir de campamento para escalar a un desierto que dicen que es muy lindo y quisiera ponerme las pilas para mejorar (mi brazo se porto joya, tenía un poco de miedo que me doliera y al escalar usé la muñequera, pero no hubo ningún problema).
Llegué muerta de cansancio, pero re-contenta, me di una ducha y cuando paró de llover fui al súper a comprar algo de comida, encontré un Cabernet Sauvignon de la finca Las Moras y me tenté. Los vinos mexicanos no son muy buenos, así que me di un gusto con sabor argentino.
Después del taller de CODENI dormí toda la tarde, venía muy cansada de la playa y el viernes me acosté tarde, así que necesitaba recuperar energías.
Después de la siesta salí a caminar un rato, volví a comer, editar fotos y acostarme temprano porque el domingo me iba a escalar a las 8 de la mañana al Diente.
El Diente es una formación como a una hora de la ciudad cruzando un pueblo llamado Río Blanco donde hay muchas rutas de escalada. Ismael es profe de escalada en un gimnasio y va todos los fines de semana, este domingo había organizado para ir temprano con un alumno suyo que tenía ganas de llevar a su hija de 5 años y ahí me prendí yo.
Al final arrancamos un poco más tarde de lo programado y entre pasar a comprar comida y todo cuando llegamos al Diente las rutas que podía subir Sofía (la hija de Héctor, quien nos llevo) estaban ocupadas, así que Sofí no pudo escalar y medio que se emboló.
El lugar es muy lindo, se puede acampar, aunque me dijeron que no es muy seguro y conviene ir en grupos grandes para quedarse cerca de la entrada. Yo no escale mucho en la primer subida me dio un poco de miedo, creo que es hasta conocer el grupo, Ismael me daba seguro, me pareció que estaba distraído y me dio mucha inseguridad así que bajé.
En el Diente nos encontramos con otros amigos de Ismael que iban más tarde, un rato después del mediodía Héctor y Sofía se fueron, pero nos quedamos con el otro grupo y fuimos a rutas un poco más difíciles.
La verdad es que la pasé re-bien, los chicos fueron super buena onda y me tuvieron toda la paciencia para esperarme, explicarme, no ponerme nerviosa (ellos escalan todos los fines de semana) y prestarme el equipo necesario.
Nos quedamos hasta la tardecita que nos corrió la lluvia y tuvimos que guardar todo a los apurones, no se si el finde que viene pueda ir porque esta la fiesta de los dos años de Ciudad para todos y la de cumple de Rosario (la bióloga), pero voy a tratar de ir el siguiente, ya que para el 16 me invitaron a ir de campamento para escalar a un desierto que dicen que es muy lindo y quisiera ponerme las pilas para mejorar (mi brazo se porto joya, tenía un poco de miedo que me doliera y al escalar usé la muñequera, pero no hubo ningún problema).
Llegué muerta de cansancio, pero re-contenta, me di una ducha y cuando paró de llover fui al súper a comprar algo de comida, encontré un Cabernet Sauvignon de la finca Las Moras y me tenté. Los vinos mexicanos no son muy buenos, así que me di un gusto con sabor argentino.