El lunes amanece nublado y con lluvia, pinta ser un día fiacoso, me cuesta levantarme y decido pasar la mañana en el hostel escribiendo. Me quedé sin batería en la compu y no tengo como enchufarla así que me veo obligada a salir en busca de un adaptador. Pregunto en la recepción y se supone que a dos cuadras hay un lugar donde pueden tener, me pongo la campera para lluvia, el mp3 para que me haga compañía y arranco (todavía con mucha fiaca!). Resulta que donde me indicaron no tienen, pero me mandan a otro lugar, así paso tres locales y me referencian a un cuarto donde me dicen que seguro tiene. No encuentro el comercio en la esquina donde se supone debería estar así es que pregunto en una farmacia naturista a una señora de unos cincuenta años, que cuando me ve pone cara de susto y se persigna (¿?). Sé que mi cara de recién levantada a las 9,30 de la mañana en un día lluvioso y con fiaca no es lo más agradable, pero tampoco me imaginé que estuviera para el exorcismo! El episodio me causó mucha gracia y con la primera risa del día se empezó a disipar tanta pachorra.
Finalmente encontré el local que todavía estaba cerrado, voy a dar una vuelta para hacer tiempo, vuelvo a los quince minutos y sigue cerrado. El cartel dice que abre a las 10 hs., pero las diez mexicanas son más parecidas a las diez argentinas que a las diez inglesas. Voy a dar otra vuelta más y observo que son muchos los comercios cuyos carteles indican que abren a las diez y todavía no dan señales de vida.
La tercera es la vencida, vuelvo al negocio y encuentro la persiana a medio abrir, las luces apagadas y una señora que sale con mucho apuro, le pregunto si ya está abierto y me responde preguntándome que buscaba. Ve que es algo rápido y me hace pasar para venderme el adaptador, detrás de mí llega una pareja joven buscando algo no tan sencillo y les dice que aún no esta abierto. Ja!
Vuelvo al hostel después de la demora, un poco más despierta y ya sin la compañía de la lluvia. Cambio de planes, dejo la computadora enchufada cargando la batería y voy al correo a mandar unas postales.
Es imposible pasarse por alto el edificio del Correo de Mexico, es verde manzana y rosa fuerte (casi fluo); todo adentro también es de esos colores, las mesas, los buzones, las remeras de los empleados, etc. Muy moderno!
Doy una vuelta por el centro con la intensión de visitar algún museo, pero todos los museos están cerrados los lunes, así que refloto el plan A para el día de hoy y vuelvo al hostel a pasar la tarde escribiendo.
El hostel a primera hora de la tarde esta re-tranquilo, no hay casi nadie, disfruto del silencio y empiezo a organizar el blog (que obviamente ya lo vieron). Me llama Benjamín por teléfono para que vaya a conocer la casa y la habitación donde me voy a quedar hasta diciembre, quedamos que mañana a la mañana voy por allá y a la tardecita voy a conocer la sede de CODENI (la organización donde voy a estar colaborando con el taller de foto los sábados).
A la vuelta paso por el súper y me agarra otra de esas lluvias/baldazo por lo que llego al hostel empapada, a la hora pasa la lluvia y salgo a ver los edificios más importantes decorados e iluminados con los colores patrios anticipando los festejos de la Independencia.
La mañana siguiente también está gris y oscura, de a ratos llueve, me levanto, desayuno y salgo sin pensarlo mucho o me voy a quedar en la cama hasta el mediodía. Quedé con Benjamín a las once, pero todavía tengo tiempo así que paso por una plaza frente al Santuario donde hay una feria de artículos regionales del estado de Oaxaca, tejidos hermosos y gastronomía típica (quesos, café de Chiapas, golosinas y algunos platos más elaborados).
No pude resistirlo y me compré un bolsito tejido, que de todas formas necesitaba ya que solo tengo una mochila de 70 litros y una de 28 (excusas!!!), me salió baratísimo y es muy cómodo para salir sólo con la billetera y la cámara y evitar la mochila. Como todavía me pierdo haciendo cuentas del peso mexicano al dólar y de ahí al peso argentino estoy gastando muy poco, sólo compro comida o cosas muy necesarias, pero el bolso fue amor a primera vista, incluso resistí el primer impulso y seguí camino, pero soy débil y a la tarde tuve que volver a comprarlo.
Finalmente encontré el local que todavía estaba cerrado, voy a dar una vuelta para hacer tiempo, vuelvo a los quince minutos y sigue cerrado. El cartel dice que abre a las 10 hs., pero las diez mexicanas son más parecidas a las diez argentinas que a las diez inglesas. Voy a dar otra vuelta más y observo que son muchos los comercios cuyos carteles indican que abren a las diez y todavía no dan señales de vida.
La tercera es la vencida, vuelvo al negocio y encuentro la persiana a medio abrir, las luces apagadas y una señora que sale con mucho apuro, le pregunto si ya está abierto y me responde preguntándome que buscaba. Ve que es algo rápido y me hace pasar para venderme el adaptador, detrás de mí llega una pareja joven buscando algo no tan sencillo y les dice que aún no esta abierto. Ja!
Vuelvo al hostel después de la demora, un poco más despierta y ya sin la compañía de la lluvia. Cambio de planes, dejo la computadora enchufada cargando la batería y voy al correo a mandar unas postales.
Es imposible pasarse por alto el edificio del Correo de Mexico, es verde manzana y rosa fuerte (casi fluo); todo adentro también es de esos colores, las mesas, los buzones, las remeras de los empleados, etc. Muy moderno!
Doy una vuelta por el centro con la intensión de visitar algún museo, pero todos los museos están cerrados los lunes, así que refloto el plan A para el día de hoy y vuelvo al hostel a pasar la tarde escribiendo.
El hostel a primera hora de la tarde esta re-tranquilo, no hay casi nadie, disfruto del silencio y empiezo a organizar el blog (que obviamente ya lo vieron). Me llama Benjamín por teléfono para que vaya a conocer la casa y la habitación donde me voy a quedar hasta diciembre, quedamos que mañana a la mañana voy por allá y a la tardecita voy a conocer la sede de CODENI (la organización donde voy a estar colaborando con el taller de foto los sábados).
A la vuelta paso por el súper y me agarra otra de esas lluvias/baldazo por lo que llego al hostel empapada, a la hora pasa la lluvia y salgo a ver los edificios más importantes decorados e iluminados con los colores patrios anticipando los festejos de la Independencia.
La mañana siguiente también está gris y oscura, de a ratos llueve, me levanto, desayuno y salgo sin pensarlo mucho o me voy a quedar en la cama hasta el mediodía. Quedé con Benjamín a las once, pero todavía tengo tiempo así que paso por una plaza frente al Santuario donde hay una feria de artículos regionales del estado de Oaxaca, tejidos hermosos y gastronomía típica (quesos, café de Chiapas, golosinas y algunos platos más elaborados).
No pude resistirlo y me compré un bolsito tejido, que de todas formas necesitaba ya que solo tengo una mochila de 70 litros y una de 28 (excusas!!!), me salió baratísimo y es muy cómodo para salir sólo con la billetera y la cámara y evitar la mochila. Como todavía me pierdo haciendo cuentas del peso mexicano al dólar y de ahí al peso argentino estoy gastando muy poco, sólo compro comida o cosas muy necesarias, pero el bolso fue amor a primera vista, incluso resistí el primer impulso y seguí camino, pero soy débil y a la tarde tuve que volver a comprarlo.
Che si sigue tanta lluvia te vas a tener que volver a Argentina... cuál es la gracia de estar en México y tener que quedarse en el hostel??? Decile que pare así salís y después podés contar más cosas!!!
ResponderEliminar