Al día siguiente de la parranda, a las 10 de la mañana empezaba el desfile, y aunque suponía que no sería muy distinto a los desfiles de los 12 de Octubre en Ushuaia tenía la esperanza de encontrar algunos mariachis para hacer fotos y divertirme (los mariachis tienen la mejor onda y son muy divertidos!!).
Lamentablemente mis sospechas eran ciertas, desfilaron las fuerzas armadas, la policía, los bomberos, la cruz roja y nada de Mariachis.
Después de dar una vuelta por la plaza una vez que termino el desfile me fui a buscar mis cosas al hostel y a instalarme en mi nueva casita.
A todo esto, entre la trasnochada y el desfile bajo el sol estaba muerta. Limpié la habitación, ordene mis cosas y me dormí la primera siesta mexicana.
Cuando me desperté habían pasado tres horas y estaba abombadísima, así que me fui a caminar y tomar un poco de aire fresco, pasé a comprar algo para comer (no tenía nada!!) y después de nuevo a dormir (tenía muuuuuuchooooo sueño y el calor no ayuda!!).
Al día siguiente (jueves) me levanté para ir a la Biblioteca de Iberoamericana a averiguar que necesitaba para hacerme socia y sacar algunos libros. Resulta que no realizan préstamos externos, sólo consultas en el salón de lectura de la biblioteca. Por suerte el salón es muy agradable y cómodo, tiene unos sillones que, si bien no se comparan con los puff del sucucho literario, son buenísimos para tirarse a leer, techo alto y murales preciosos encima de los estantes de libros. Además la biblioteca tiene Internet inalámbrica y rápidamente se convirtió en mi lugar preferido.
Busque algo de literatura mexicana y me quedé leyendo unos cuentos de la Revolución Méxicana. No había terminado el segundo cuento cuando mi lectura es interrumpida por un chico que conocí en el hostel. Charlamos brevemente y después de ver lo que estaba leyendo me contó algunas historias de la tradición oral (sobre todo de las “adelitas”, mujeres campesinas de la zona de Puebla y Morelos que ayudaban a los revolucionarios dándoles techo, comida e información sobre el enemigo, muchas veces también peleaban a su lado). Al rato fuimos al Museo Regional de Guadalajara, donde hay por lo menos 5 o 6 muestras diferentes. Una en la que se expone el acervo paleontológico de la región y hay, entre otras cosas los restos óseos de un mamut completo. También hay una colección bastante importante de arte y artículos de uso cotidiano de las culturas precolombinas y la última que recorrimos (ya teníamos hambre y de todas formas la entrada es gratuita así que volveré otro día) era una revisión del archivo fotográfico de Jesús Hermenegildo Abitia Garcés músico, fotógrafo y realizador cinematográfico de la Revolución Mexicana. Esta última contiene más de 250 imágenes de la Revolución, me impacto mucho ver a Pancho Villa, Emiliano Zapata, Obregón, Madero, Huerta, Carranza, en los grandes momentos de la historia de Mexico y a tantos anónimos campesinos revolucionarios que pusieron su esfuerzo, esperanza, trabajo y hasta su sangre en la lucha por un México donde todos los hombres puedan vivir una vida digna.
Del Museo nos fuimos a comer al Mercado Corona (un mercado muy típico de la ciudad), probé unos tacos de pollo pero la comida mexicana no es lo mío y todas las preparaciones llevan carne, así que terminé comiendo una jericaya (postre que se hace con leche, huevos y azúcar y se cocina en el horno).
Después de comer pasé a buscar la compu por casa y volví a la biblioteca a responder unos mails y leer un rato más.
Al salir de la biblio me fui a dar una vuelta antes de volver a casa y en una de las plazas había un grupo de percusión y danza que estaban haciendo lo que a mis ojos parecía una danza ritual como de purificación o algo así, había incienso y bailaban en círculo (al que no se podía entrar sin haber pasado por el incienso), me colgué un rato mirando, la música hipnotizaba y los movimientos de la danza se veían agotadores (saltos y vueltas sin descanso, y no se olviden del calor!!!). Algunos de los que estaban en el círculo tenían muñequeras o tobilleras hechas con caracoles que sonaban al bailar. En un momento cambio la formación, se desarmó el círculo y se hizo un saludo al sur y al norte con dos caracoles enormes utilizados como instrumentos de viento, después se armó el círculo nuevamente y siguieron bailando. No quise interrumpir con preguntas tontas, pero alcancé a escuchar que se juntan los martes y jueves a las 20, con ese dato me fui caminando a casa pensando en volver el martes siguiente.
En el camino de vuelta, atravesando otra plaza, me llamo la atención ver que la mayoría de los que estaban sentados allí eran hombres, observe un poco más y por la ropa, peinados y formas supongo que debe ser un punto de encuentro para hombres homosexuales (la homosexualidad femenina tiene otros códigos), no se si se trata de un lugar “de levante” o de trabajo para taxi boys, ya que a la vuelta también vi prostitutas, todo cuidadosamente custodiado por los “biciclos” (la poli en bicicleta).
Sigo caminando y en la galería de la Secretaría de Turismo (en la margen de otra Plaza, todavía no las ubico a todas por los nombres) también encuentro hombres sentados en parejas, esta vez jugando al ajedrez, pero sólo hombres, ni una mujer. Tendría que haber preguntado si me dejaban jugar para ver que pasaba, pero estaba cansada y son un desastre en el ajedrez.
Notas:
- Veo mucho trabajo infantil, venta ambulante en la que los niños asisten a los adultos, en el super hay chicos que embolsan las compras (muy pocos, la mayoría son adultos, pero hay) y emprendimientos familiares en los que los chicos cumplen una función durante algunas horas al día.
- Aún teniendo legislación vigente que prohíbe el encierro de menores de edad hay cantidad de institutos de menores superpoblados en todo el país donde los chicos están privados de la libertad, no es consuelo, pero aunque todavía quede mucho por hacer en Tierra del Fuego la situación no parece tan grave comparada con lo que sucede en otros lugares.
- Cuando pregunto por lo que sucede en Chiapas con el Subcomandante Marcos en general la respuesta es media tibia y la sensación que transmite es que en realidad ya no sucede nada. Me sorprendió mucho encontrar esa misma sensación en personas de Ciudad de Mexico y Guadalajara e incluso de distinto nivel económico y cultural. Hay mucho descontento con el gobierno, pero se manifiesta como una aletargada resignación. Maldita sociedad de consumo! Los adultos dicen que el inconformismo es propio de los jóvenes o de los románticos, los jóvenes sólo lo manifiestan en sus patrones de consumo y a los “románticos” los meten presos.
En Agosto estuvo Manu Chao acá en Guadalajara (me lo perdí por tan poquito!!), dio un concierto en el que manifestó su apoyo a la lucha revolucionaria en Chiapas (como siempre) y a los docentes que estaban en conflicto en el mismo estado. Tuvo que suspender el siguiente concierto porque si se presentaba lo iban a arrestar por sus dichos.
Para el resto de México, o por lo menos lo que he visto del DF y Guadalajara, todo lo que sucede en Chiapas es lejano, como ajeno.
- Los chicanos son los mexicanos que tienen hijos nacidos en Estados Unidos (yo creí que así le decían a todos los mexicanos que estaban viviendo en EEUU). Los pochos son los hijos estadounidenses de padre o madre mexicano. Entre ellos y los “mexicanos” (padres e hijos nacidos en México) hay muchísima discriminación tanto en México como en EEUU, especialmente en California donde la comunidad de inmigrantes mexicanos es enorme y esta sumamente fragmentada.
- Mezcal es como un aguardiente, mucho más fuerte que el tequila (no lo probé).
Sandra: la semana que viene se hace el Congreso Nacional de Mediación aquí en Guadalajara y habrá talleres abiertos sobre mediación comunitaria, familiar y algunos otros. Probablemente vaya al de mediación y menores en conflicto con la ley a enterarme un poco más como se trabaja.
Diego: A principios de octubre se hace un Encuentro de Ciclismo Urbano. ¿Que tal? Si te querés venir no te preocupes por el alojamiento, tengo un colchón para prestarte.
Lamentablemente mis sospechas eran ciertas, desfilaron las fuerzas armadas, la policía, los bomberos, la cruz roja y nada de Mariachis.
Después de dar una vuelta por la plaza una vez que termino el desfile me fui a buscar mis cosas al hostel y a instalarme en mi nueva casita.
A todo esto, entre la trasnochada y el desfile bajo el sol estaba muerta. Limpié la habitación, ordene mis cosas y me dormí la primera siesta mexicana.
Cuando me desperté habían pasado tres horas y estaba abombadísima, así que me fui a caminar y tomar un poco de aire fresco, pasé a comprar algo para comer (no tenía nada!!) y después de nuevo a dormir (tenía muuuuuuchooooo sueño y el calor no ayuda!!).
Al día siguiente (jueves) me levanté para ir a la Biblioteca de Iberoamericana a averiguar que necesitaba para hacerme socia y sacar algunos libros. Resulta que no realizan préstamos externos, sólo consultas en el salón de lectura de la biblioteca. Por suerte el salón es muy agradable y cómodo, tiene unos sillones que, si bien no se comparan con los puff del sucucho literario, son buenísimos para tirarse a leer, techo alto y murales preciosos encima de los estantes de libros. Además la biblioteca tiene Internet inalámbrica y rápidamente se convirtió en mi lugar preferido.
Busque algo de literatura mexicana y me quedé leyendo unos cuentos de la Revolución Méxicana. No había terminado el segundo cuento cuando mi lectura es interrumpida por un chico que conocí en el hostel. Charlamos brevemente y después de ver lo que estaba leyendo me contó algunas historias de la tradición oral (sobre todo de las “adelitas”, mujeres campesinas de la zona de Puebla y Morelos que ayudaban a los revolucionarios dándoles techo, comida e información sobre el enemigo, muchas veces también peleaban a su lado). Al rato fuimos al Museo Regional de Guadalajara, donde hay por lo menos 5 o 6 muestras diferentes. Una en la que se expone el acervo paleontológico de la región y hay, entre otras cosas los restos óseos de un mamut completo. También hay una colección bastante importante de arte y artículos de uso cotidiano de las culturas precolombinas y la última que recorrimos (ya teníamos hambre y de todas formas la entrada es gratuita así que volveré otro día) era una revisión del archivo fotográfico de Jesús Hermenegildo Abitia Garcés músico, fotógrafo y realizador cinematográfico de la Revolución Mexicana. Esta última contiene más de 250 imágenes de la Revolución, me impacto mucho ver a Pancho Villa, Emiliano Zapata, Obregón, Madero, Huerta, Carranza, en los grandes momentos de la historia de Mexico y a tantos anónimos campesinos revolucionarios que pusieron su esfuerzo, esperanza, trabajo y hasta su sangre en la lucha por un México donde todos los hombres puedan vivir una vida digna.
Del Museo nos fuimos a comer al Mercado Corona (un mercado muy típico de la ciudad), probé unos tacos de pollo pero la comida mexicana no es lo mío y todas las preparaciones llevan carne, así que terminé comiendo una jericaya (postre que se hace con leche, huevos y azúcar y se cocina en el horno).
Después de comer pasé a buscar la compu por casa y volví a la biblioteca a responder unos mails y leer un rato más.
Al salir de la biblio me fui a dar una vuelta antes de volver a casa y en una de las plazas había un grupo de percusión y danza que estaban haciendo lo que a mis ojos parecía una danza ritual como de purificación o algo así, había incienso y bailaban en círculo (al que no se podía entrar sin haber pasado por el incienso), me colgué un rato mirando, la música hipnotizaba y los movimientos de la danza se veían agotadores (saltos y vueltas sin descanso, y no se olviden del calor!!!). Algunos de los que estaban en el círculo tenían muñequeras o tobilleras hechas con caracoles que sonaban al bailar. En un momento cambio la formación, se desarmó el círculo y se hizo un saludo al sur y al norte con dos caracoles enormes utilizados como instrumentos de viento, después se armó el círculo nuevamente y siguieron bailando. No quise interrumpir con preguntas tontas, pero alcancé a escuchar que se juntan los martes y jueves a las 20, con ese dato me fui caminando a casa pensando en volver el martes siguiente.
En el camino de vuelta, atravesando otra plaza, me llamo la atención ver que la mayoría de los que estaban sentados allí eran hombres, observe un poco más y por la ropa, peinados y formas supongo que debe ser un punto de encuentro para hombres homosexuales (la homosexualidad femenina tiene otros códigos), no se si se trata de un lugar “de levante” o de trabajo para taxi boys, ya que a la vuelta también vi prostitutas, todo cuidadosamente custodiado por los “biciclos” (la poli en bicicleta).
Sigo caminando y en la galería de la Secretaría de Turismo (en la margen de otra Plaza, todavía no las ubico a todas por los nombres) también encuentro hombres sentados en parejas, esta vez jugando al ajedrez, pero sólo hombres, ni una mujer. Tendría que haber preguntado si me dejaban jugar para ver que pasaba, pero estaba cansada y son un desastre en el ajedrez.
Notas:
- Veo mucho trabajo infantil, venta ambulante en la que los niños asisten a los adultos, en el super hay chicos que embolsan las compras (muy pocos, la mayoría son adultos, pero hay) y emprendimientos familiares en los que los chicos cumplen una función durante algunas horas al día.
- Aún teniendo legislación vigente que prohíbe el encierro de menores de edad hay cantidad de institutos de menores superpoblados en todo el país donde los chicos están privados de la libertad, no es consuelo, pero aunque todavía quede mucho por hacer en Tierra del Fuego la situación no parece tan grave comparada con lo que sucede en otros lugares.
- Cuando pregunto por lo que sucede en Chiapas con el Subcomandante Marcos en general la respuesta es media tibia y la sensación que transmite es que en realidad ya no sucede nada. Me sorprendió mucho encontrar esa misma sensación en personas de Ciudad de Mexico y Guadalajara e incluso de distinto nivel económico y cultural. Hay mucho descontento con el gobierno, pero se manifiesta como una aletargada resignación. Maldita sociedad de consumo! Los adultos dicen que el inconformismo es propio de los jóvenes o de los románticos, los jóvenes sólo lo manifiestan en sus patrones de consumo y a los “románticos” los meten presos.
En Agosto estuvo Manu Chao acá en Guadalajara (me lo perdí por tan poquito!!), dio un concierto en el que manifestó su apoyo a la lucha revolucionaria en Chiapas (como siempre) y a los docentes que estaban en conflicto en el mismo estado. Tuvo que suspender el siguiente concierto porque si se presentaba lo iban a arrestar por sus dichos.
Para el resto de México, o por lo menos lo que he visto del DF y Guadalajara, todo lo que sucede en Chiapas es lejano, como ajeno.
- Los chicanos son los mexicanos que tienen hijos nacidos en Estados Unidos (yo creí que así le decían a todos los mexicanos que estaban viviendo en EEUU). Los pochos son los hijos estadounidenses de padre o madre mexicano. Entre ellos y los “mexicanos” (padres e hijos nacidos en México) hay muchísima discriminación tanto en México como en EEUU, especialmente en California donde la comunidad de inmigrantes mexicanos es enorme y esta sumamente fragmentada.
- Mezcal es como un aguardiente, mucho más fuerte que el tequila (no lo probé).
Sandra: la semana que viene se hace el Congreso Nacional de Mediación aquí en Guadalajara y habrá talleres abiertos sobre mediación comunitaria, familiar y algunos otros. Probablemente vaya al de mediación y menores en conflicto con la ley a enterarme un poco más como se trabaja.
Diego: A principios de octubre se hace un Encuentro de Ciclismo Urbano. ¿Que tal? Si te querés venir no te preocupes por el alojamiento, tengo un colchón para prestarte.
No me alegra ser el único que permanece leyendo el blog... pero al menos hay uno, jaja. Igual segui escribiendo, creo que es muy valioso. Es lindo leerlo, no puedo prometer hacerlo siempre, pero lo hago cuando puedo, me gusta...
ResponderEliminarIncreíble la falta de mariachis...
No te vas a pasar en la biblioteca, jaja. Pero cuando paseas, ojo el calor. Igual te envidio un poco, acá la verdad es que se la pasa lloviendo, con primavera recién llegada y todo.
No sabía que te habías vuelto vegetariana. Cierto que la ensalada que te pediste cuando almorzamos no tenía ni pizca de carne de ningun tipo.
Hoy es martes, vas a practicar "danzas rituales" ja!!!
Y qué es lo que pasa en Chiapas con el subcomandante Marcos? Yo pensaba que era poco menos que una leyenda, como Robin Hood mas o menos...
De donde es Manu Chao?
Lo mío es el ciclismo rural... para urbes superpobladas acá tengo bastante. Así que no creo que pueda ir, ja!
Besos!!
Ahhhhh nooooooooooooo!!!!!!!! Si no juras solemnemente leer el blog todos los días a primera hora de la mañana y comentar cada una de las entradas en tono festivo y adulador...te bloqueo el ingreso!!!
ResponderEliminarOtra cosa, no soy vegetariana, todavia como algunas cosas y no pienso renunciar al queso, pero la verdad es que hace ya un tiempo largo que como muy poca carne (un buen asado de vez en cuando, no mucho más) y cada vez me da más impresión, claro que ver como cocinan el la calle no contribuye a que quiera probar nada.
Manu Chao es francés y el Subcomandante no es ninguna leyenda, de hecho hay algunos territorios en los que el zapatismo gobierna y organiza la salud, la educación y el trabajo. Estoy leyendo justo un libro que escribio un argentino Dr. en ciencias políticas que se llama "Zapatistas un nuevo mundo en construcción", seguramente voy a transcribir algún fragmento en otra entrada porque esta muy bien escrito, sin dejar de lado ni el entusiasmo por las posibilidades hacia el futuro ni la rigurosidad que se requiere al estudiar un movimiento social.
AHHH!! Hoy paso de las danzas y los tambores, me voy a ver una peli a la Alianza Francesa.