martes, 15 de septiembre de 2009

Parto para Guadalajara

Nota para mi hermano "super larva" Ro: Esta entrada es bastante más corta que las anteriores así que confio en que no te duermas antes de llegar al final.

El Sábado me levanté alrededor de la 9 de la mañana, Mariano estaba trabajando y Evelyn y Andrés durmiendo y roncando respectivamente. Aproveché la tranquilidad de la mañana para escribir y ordenar un poco las fotos que se estaban acumulando rápida y desordenadamente en el disco de la computadora (en un esfuerzo por seguir el consejo de Gastón de editarlas y mantenerlas ordenadas).
Después de pensarlo un poco decidí que en lugar de esperar a la mañana siguiente para ir a Guadalajara, mejor sería salir ese mismo día, así que busque un par de hostels por Internet (en la casa donde me voy a alojar me esperan recién el 15 y no quise arriesgarme a llegar tarde y sin alojamiento) y me puse a ordenar mis cosas y armar la mochila.
Como a la una se levantó Evelyn y me dí cuenta que Andrés ya no estaba, le dije que había decidido irme y que esperaría a que Mariano vuelva del trabajo para despedirme y agradecer su hospitalidad antes de ir a la Terminal.
Después de despedirme, me tomo el subte a la Terminal cargando todo y la encuentro fácilmente; es grande, luminosa y esta bien señalizada, esperaba algo más parecido a la Terminal de Retiro o la de Río de Janeiro (caóticas y desordenadas). Busco las empresas que van a Guadalajara y como son muchas sólo pregunto el precio del pasaje en tres y compró el que sale más próximo.
Todavía falta una hora y media para la partida, me tomo un yoguth con unas galles (¿pueden creer que no consigo yogurt de vainilla? Hay de coco, de durazno, de manzana, de frutilla, pero no de vainilla).
Esta todo super limpio y ordenado a pesar que la Terminal es enorme; 8 “salas”, cada una con kioscos, confiterías, baños, teléfonos públicos y juegos infantiles electrónicos; cada sala tiene 15 plataformas aproximadamente y sólo pueden pasar a las plataformas quienes tienen boleto (una especie de pre-embarque). Tampoco acá puedo sacar fotos, me lo hace saber un guardia en la plataforma después de apenas haber sacado cámara de la mochila.
Subo al cole, me acomodo en dos asientos (el colectivo esta casi vacío) y veo pasar la Ciudad de México por la ventanilla, plagada de cadenas de comida rápida norteamericanas (Mc Donald’s, Seven Eleven, Domino’s y Subway por ejemplo).
Ya saliendo de la ciudad el paisaje se asemeja a la subida del Cerro San Javier en Tucumán, mucho verde, vegetación abundante, árboles altos y plantas de hojas enormes. El horizonte sólo muestra montañas que parecen cerros, por la forma, la vegetación y la altura comparativa, claro que el DF esta a 3000msnm, más del doble del Monte Olivia, la montaña más alta de la Tierra del Fuego.
Durante el viaje en bus soporto sin descanso una película mala tras otra peor, lo que hace más atractivo el paisaje. Después de una lluvia fuerte pero pasajera, el atardecer a puro fuego cierra el día.
Duermo un poco y a la una de la mañana llego a Guadalajara. Me muero de sueño sólo puedo pensar en llegar al hostel y acostarme.

Más curiosidades:
- El bar de un hotel publicita: Miércoles de solteros, viudos y divorciados. ¿Con solteros no alcanzaba?
- Farmacias Dra. A. Livio. Jaja!!!
- Los taxis en Guadalajara son negros y amarillo como eran los de Buenos Aires antes, sólo que acá la parte de abajo es amarilla y la de arriba negra.

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